jueves, 12 de junio de 2008

DraGo - Dracaena Draco

Tiene interés comercial que tuvo la sangre de Drago en el pasado, por sus propiedades tintóreas y farmacológicas.
Un prestigioso naturalista que también se interesó por la flora canaria fue Alexander Von Humboldt, quien en 1799 nos narra sus observaciones sobre un gigantesco ejemplar existente en los jardines de Franchy en La Orotava. Tenía este árbol 25 m. De altura y un tronco cuyo perímetro rondaba los 15 m.
En lo referente a los usos y utilidades del drago, se sabe que los aborígenes hacían escudos de la corteza, elaboraban recipientes con su madera y con la savia teñían de rojo diversos utensilios. Parece probable también que comieran los frutos de este árbol.
Más recientemente, sus hojas han servido para alimentar al ganado en épocas de escasez, extraer tintes para el pelo o elaborar sogas. Además los troncos, una vez secos y ahuecados han sido usados como colmenas ("corcho").
El drago es una planta de características primitivas que actualmente vive de forma natural en algunos archipiélagos macaronésicos: Madeira, Canarias y Cabo Verde. Sus parientes más próximos se encuentran en el Este de Africa y en la isla de Socotora.
Se caracteriza por su gran porte (hasta superar los 20 metros), su tronco grueso y largas hojas (50-60 cm.) que se disponen en apretados manojos en los extremos de las ramas. Las pequeñas flores, de color blanco verdosas o crema, se agrupan en grandes racimos. Los frutos globosos, dulces y de un bello color rojo-anaranjado, tienen hasta centímetro y medio de diámetro, siendo comidos por algunas aves que contribuyen así a su dispersión.
El desarrollo de este árbol es lento. Por regla general, la ramificación del tronco se produce a partir de la primera floración, y las sucesivas ocurren por término medio, cada 15 años. Esto permite calcular, de forma aproximada, la edad de los dragos, algunos de los cuales llegan a ser centenarios.
Los grandes temporales de viento y agua, en ocasiones, causan daños irreparables en los dragos viejos, como ocurrió con el bello ejemplar del Seminario de La Laguna.
En nuestro Archipiélago, el drago crece en la zona basal de las islas centrales y occidentales (está ausente en El Hierro y La Gomera), entre los 100 y 600 metros de altitud, formando parte de una banda de vegetación termófila en la que también aparecen otros árboles como palmeras, almácigos, acebuches, sabinas, etc. Debido a la continuada explotación, han quedado reducidos a escasos ejemplares relegados a lugares inaccesibles, en acantilados y roques.
El drago se reproduce principalmente por medio de semilla, sin embargo, en determinadas condiciones admita la propagación por esquejes debido a la presencia de raíces aéreas.

No hay comentarios: